Sherry Turkle, psicóloga y socióloga, lanza un consejo
“Apaguen sus móviles y empiecen a vivir”. Piensa que el apego insano a móviles,
tabletas y ordenadores solo responde a una realidad: Nuestra incapacidad de
permanecer solos. “Estamos constantemente conectados y eso nos da la sensación
de compañía sin someternos a las exigencias de la amistad”
Como apunta esta experta, en la vida real, las relaciones
son desordenadas, mientras que cuando nos comunicamos virtualmente, las pulimos,
las editamos. En definitiva perdemos la autenticidad del contacto físico.
En este punto hay dos asuntos claves. ¿Recuerdan “Second
Life”?, un entorno virtual del estilo Sims en el que cada persona crea un
avatar ficticio. Muchos de estos avatares responden a un concepto idealizado el
“YO IDEAL” una versión “tuneada” del “YO REAL”. En psicología se habla de que
el yo ideal está formado por aquellos anhelos y fantasías de lo que me gustaría
ser, “me gustaría ser rubio con ojos claros, pues pienso que solo así podré
gustarle a esa chica”. Por lo tanto, no hay una aceptación del “YO REAL”.
Pues
bien, sin irnos a algo tan estructurado como “Second Life”, las redes sociales,
incluso los mails, nos dan la oportunidad de escaparnos al “YO IDEAL”, pues su
posibilidad de edición nos permite tomarnos el tiempo adecuado para medir las
palabras, buscar cosas interesantes y atractivas que ofrecer, etc… .
No ocurre en todos los casos, pero el problema aparece
cuando “no puedes defender lo que has publicado en el facebook, mail, etc.. en
la vida real” aunque sea por teléfono. Es decir se vuelve un medio de
comunicación cómodo, y van disminuyendo las habilidades sociales, para hablar
por teléfono temas importantes, para establecer una relación cara a cara, o con
un grupo de amigos.
A parte de esta evidente pérdida de habilidades sociales,
Susan Greenfield, profesora en Oxford, nos comunica que las dificultades de
muchos niños y adolescentes para concentrarse y comunicarse están ligadas al
excesivo tiempo que pasan frente al ordenador. “las redes sociales dañan los
cerebros infantiles” anunció: “Mi temor es que estas tecnologías estén
infantilizando las mentes, reduciéndolas al estado propio de un niño que se
siente atraído por los ruidos y luces brillantes” señala Greenfield.
La experta
ha alertado sobre el número creciente de “zombies de ojos vidriosos” que
deambulan por las calles de las ciudades británicas absortos en las pantallas
de sus smartphones. Uno de estos afirma que “Cuando no puede comunicarse con
sus amigos se siente muy solo, como si estuviera dentro de una pequeña jaula en
una isla”.
El Manual diagnóstico y estadístico de las enfermedades
mentales (DSM) editado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, el más
utilizado a nivel mundial, por lo pronto no ha incluido semejante categoría,
pero en la nueva edición recopilará estos trastornos en un apéndice denominado
“estudios adicionales”.
Esta nueva forma de percibir el mundo hace que ya no
tengamos tiempo para reflexionar o tomar decisiones sensatas. En su lugar,
vivimos en una sensación de crisis continua. Muchas personas que trabajan con
internet sin descanso reconocen que cometen errores y se suelen sentir cansadas
e irritables.
Gary Small lo llama agotamiento tecnocerebral, y amenaza con
tornarse en epidemia. En tales casos, la materia gris ordena a las glándulas
suprarrenales que segreguen cortisona y adrenalina. Estas sutancias aumentan
los niveles de energía y agudizan la memoria, pero con el tiempo provocan
depresión y alteran el funcionamiento del hipotálamo, la amígdala y la corteza
prefrontal del cerebro.
¿Y qué ocurre en España?, ese será el contenido del siguente
post.
Hasta Entonces!!
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