martes, 22 de julio de 2014

Carta de una Fobica Social

Hoy me he tropezado con esta carta de una Fobica Social. Creo que expresa perfectamente cómo se puede sentir una persona con este miedo. Recomiendo su atenta lectura.



¿Cuál es tu miedo?


Hay personas que tienen miedo a las arañas, otras a el avión. Yo le tengo miedo a la gente.

Ya hace muchos años que sufro algo que se llama FOBIA SOCIAL. ¿Qué es esto te preguntarás? Es sencillo, la gente en general me da miedo, temo la interacción con ellos. Hay épocas en las que siento auténticos ataques de pánico cuando estoy en sociedad, mareos, angustia, y sobre todo ganas de salir de ese lugar.

No hace mucho una amiga intima me preguntó ¿Eres feliz?. Espontáneamente me salió esta respuesta “yo seré feliz el día que esté tranquila aquí sentada contigo”. Nunca he sabido porqué el tener una persona en frente me supone una amenaza. Tal vez porque en el fondo me sienta menos que ellas, mucho menos. Por más que me digan que valgo o que soy simpática y encantadora, yo me siento menos, no estoy a la altura. Esto es algo que por más que intente entender nunca llego a cambiarlo, es un pensamiento que tengo desde hace muchos años, décadas, esa sensación.

Esto que a mí me pasa normalmente no se entiende, tampoco se suele decir a viva voz “Tengo miedo a la gente”, “tengo pánico a las situaciones sociales”, no, eso no lo voy diciendo. Por eso muestro mi mejor cara, esa que tanto carisma me ha dado, así me esté rompiendo por dentro, y me sienta tremendamente incómoda.

Creo que podrás llegar a entenderme si te nombro las consecuencias de esto que me ocurre, consecuencias de años y años… huyendo...

El trabajo. Tras tiempo planteándome qué me ocurre con los trabajos, que los termino dejando, insatisfecha, entendí la realidad. En los trabajos hay personas. El desgaste diario que tengo que hacer para poder estar en esa micro-sociedad es enorme. Pensé que no me gustaba el trabajar, realmente no es así, no me gusta o no soporto trabajar con gente. Es superior a mí.

Las amistades. Mis amistades consideran que soy muy esquiva, incluso egoísta que solo estoy cuando a mí me interesa. Realmente no puedo. 

¿En estos 15 años cuántas veces me he visto en esta situación? 

Necesito quedar con alguien, la idea me parece genial y me apetece mucho, se va acercando la hora, y mi cuerpo está extraño, me arde el torso, estoy desanimada y desganada con la cita, realmente creo que lo voy a pasar mal, y ya lo estoy pasando. Aún así, decido ir. Cojo el coche y me acerco al lugar donde quedé… aparco, y es en ese momento cuando rompo, y decido marcharme sin dar explicación, no acudir a la cita.

El llegar a casa es muy duro. Pues apago el móvil, no quiero que sepan de mí, ni que estuve por allí y me marché. Es en estos momentos cuando peor me siento porque… mi deseo es poder estar, lo deseo siempre, es algo que necesito. Pero no puedo, no puedo de veras. Mi miedo me vence, y prefiero huir. Así una y otra vez, una y otra vez.

Si llegas entender lo que he puesto creo que puedes sentir cómo me siento yo.

Las relaciones personales. Esto es un tema complicado, pues conocer a alguien se me hace muy duro es ahí donde mis inseguridades explotan, un tú a tú, un cara a cara con una persona con la que realmente deseo estar y no puedo. 

Esto solo lleva a un camino la soledad. Cuando alguien tiene miedo a un avión, la consecuencia es no viajar, cuando alguien le tiene miedo a la gente la consecuencia es la soledad.

Cuando alguien le tiene miedo a un perro y entra en una casa en la que hay uno, y no tiene más remedio que quedarse allí, esa persona estará muy incómoda, tensa, y no disfruta del momento. Eso es lo que me pasa a mí con la gente. Miro el reloj, para saber cuanto queda para que finalice la tortura.

Créeme que he hecho muchos esfuerzos durante este tiempo para que no vaya a más. Pero noto que mi vida se basa en el control de las situaciones. Necesito control sobre con quién voy a tener una cita, quiénes van a ir, cómo será, y donde. Todo eso a mí me da seguridad. Y todo eso normalmente no se puede controlar.

Por todo esto que te cuento mi vida está limitada. Mi objetivo es saber porqué, porqué ese terror a la gente. Una vez un terapeuta me dijo que tendría que cambiar de mis valores el miedo a hacer el ridículo, tal vez. Pero yo lo que noto es que soy una persona muy sensible al relacionarme con la gente, tal vez no tenga esa habilidad y me he creado una habilidad ficticia, pues lo peor de todo es que lo sé esconder muy bien.

Cuando una persona le tiene miedo al avión, es sencillo decir… tengo miedo al avión. No es tan sencillo cuando te invitan a una cena, poder explicar que tengo miedo a cada uno de los componentes de la mesa y al conjunto en sí. 

Así es como me siento, y esta es mi lucha.


domingo, 13 de julio de 2014

Yo no necesito ir al psicólogo!

Quien más quien menos estaremos en este mundo unos 75 años. Un día tiene 24 horas por lo tanto un año tiene 8760 horas lo que suma un total de 657.000 horas de vida.

Luisa siente una pequeña molestia en un pié. De vez en cuando cuando camina siente un pinchazo, pero lo deja estar. Al cabo del tiempo, sigue notando el pinchanzo pero cada vez es más doloroso, pero se acostumbra a ese dolor pensando que ya se le pasará. Pasan tres años y el marido de Luisa se da cuenta que camina medio coja, ella se da cuenta en ese momento que le duele la cadera, y acude al médico. El diagnostico es medianamente grave, y Luisa requiere operación y estar con una muleta durante un año.

Si llevamos esto al mundo de la salud mental, creo que se entiende perfectamente. Estamos acostumbrados a aguantar el dolor psíquico es más tenemos muchas estrategias mentales para soportarlos. En el caso de Luisa, si cambiamos la pierna, por… Luisa un día se sentía decaída… el final de la historia la muleta se convierte en medicación.

Hay que entender que de un modo u otro los problemas de ansiedad, depresión, preocupaciones etc… no son “culpa” nuestra, al fin y al cabo los “trastornos” nacen de salirse de la media de lo que se espera en una sociedad.

Una sociedad encorsetada, rígida y muy exigente, en las cuales nos han creado unas necesidades que muchas veces penden de un hilo, realmente sin nosotros quererlo ni buscarlo hay una delgada línea entre tener preocupaciones y no tenerlas.

Es absolutamente normal pasar por malos momentos y tener “crisis” sin ella no habría crecimiento, cada “crisis” es por tanto una experiencia vital que nos puede ayudar a mejorar.

Hay situaciones que persisten a lo largo del tiempo pensando en que van a cambiar o tienen solución, que todo pasará… así podemos estar sufriendo años y años.

La psicología lo único que ofrece es que el sufrimiento de las personas sea el menor posible. Decidir acudir ayuda en un momento determinado puede ahorrarte mucho sufrimiento a la larga.

Te muestro aquí un dato interesante:

Un 40% de la población española padece ansiedad o depresión y sólo la mitad se trata

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2058098/0/40-espanoles/pacede-ansiedad-depresion/mitad-se-trata/#xtor=AD-15&xts=467263
¿Qué quiero decir con esto?. La ansiedad está ahí, y es más frecuente de lo que parece. También los estados de ánimo decaídos, frustraciones etc… Forman parte de nuestra sociedad así como también otros problemas de salud.

¿Qué ocurre entonces? La salud mental aún no está considerada realmente como Salud, o por lo menos no a la altura de otros tipos de salud. Realmente una persona puede gastar más dinero en un dentista a lo largo de su vida que pensar en acudir a un psicólogo si tiene un problema.

Aquí planteo dos preguntas para finalizar.

¿Porqué pudiendo estar bien, decidimos aguantar el sufrimiento?

¿Si vamos a vivir 657.000 horas en nuestra vida, porqué no dedicar 10 de esas horas (sesiones) en invertir para que el resto de horas de mi vida sean mejores y de mayor calidad?


Las respuestas pueden venir guiadas por esta afirmación. En esta sociedad no se admite mostrar la debilidad.


jueves, 10 de julio de 2014

Una Técnica: El paraíso siempre está.. ya es.

Hoy quiero compartir con ustedes una técnica para dejar de lado esos pensamientos y emociones sufridas y dolorosas. Cuando estamos en situaciones o épocas de preocupación tendemos a interpretar nuestra realidad mediante nuestro estado de ánimo. Es frecuente escuchar "vaya día de mierda", "fuerte coñazo de sitio", "me aburro", y un largo etcétera. 

Sin embargo, cuando todo va bien... tenemos experiencias pseudo-espirituales en las que solo escuchar el canto de un pájaro nos produce placer.

Parto una premisa muy importante y que tiene mucho poder: LAS EMOCIONES NEGATIVAS LLAMAN A LAS EMOCIONES NEGATIVAS... ES DECIR SE RETROALIMENTAN.  Tras las emociones siempre hay conductas, es decir, lo que he decidido hacer para "disfrutar" o "quitarme esta emoción de encima.

¿Qué nos hace pensar pues que fomentar emociones positivas en nuestro día a día no atraerá EMOCIONES POSITIVAS IGUALMENTE?. Es un echo. A MÁS EMOCIONES POSITIVAS tengas, más irán apareciendo. ¿Esto parece sencillo verdad?, muchas veces no lo es tanto. Realmente es una cuestión de elección y supone un esfuerzo. Sobre el esfuerzo a un cambio ya he escrito en una anterior entrada y la relaciono al final de esta entrada.

La realidad es la que es... creo que entiendes bien que según como te sientas verás una cosa u otra. Pero te quiero desvelar el secreto de esta técnica. El paraíso siempre está, y el paraíso es gratuito.

Dos amigos quedan para tomar algo, uno sumido en sus problemas desea charlar con el otro, que realmente tiene un buen día. Ambos van a tomar algo, y tras la charla el que se encuentra bien comenta, ¿qué agradable el camarero verdad? El otro responde...sí si.. es verdad.

Aunque el que se siente mal, haya notado que el camarero es amable, en ningún momento hizo esfuerzos por conectar emocionalmente con él, pues el que estaba mal está "disfrutando" de su emoción. El otro sin embargo, ha disfrutado de la presencia del camarero, y le ha cargado de energía, ha sentido su felicidad y también su amor. Ha conectado emocionalmente con él.

El truco de esta técnica no es otro que observar, observa.... observa mucho y observa bien. Siempre, y digo siempre puedes encontrar un paraíso en aquello que estás viviendo, del mismo modo que si tu observación está guiada por la ansiedad encuentras el infierno. 

Normalmente va a ser por medio de los sentidos, aquí la cabeza no tiene mucho que ver. Conectando con cosas que están pasando, podrás ir obteniendo buenos humores del entorno, y compensando los malos humores y preocupaciones.

Es muy sencillo, y de tan sencillo asusta pues cuesta, merece un esfuerzo considerable el dar de lado a los pensamientos y emociones negativas. 

El paraíso se va a definir pues de pequeños detalles, tu concentración tiene que estar en esos pequeños detalles, pues pasan a cada momento. Sabes de lo que estoy hablando porque los has vivido muchas veces. 

Una sonrisa, mirar los coches pasar, escuchar una canción que suena a lo lejos, escuchar una canción que suena cerca, un buen gesto de un desconocido, hacer un buen gesto a un desconocido, disfrutar de la pisada, disfrutar de la respiración, disfrutar de cerrar los ojos, disfrutar de abrirlos, disfrutar de la charla que estoy teniendo... (solo hay que atender al otro, no a mí mismo), el tacto del agua en la playa, tirar una piedra a un charco, fregar los platos y sentir el jabón, mirar cómo da vueltas la lavadora.... 

El paraíso es individual e infinito, y sucede, sucede a cada momento. Pero es una cuestión de elección y atención el quererlo disfrutar.

Termino con este vídeo como ejemplo de lo que estoy hablando. Lo complicado del Paraíso es que es muy muy sencillo, y eso va en contra a la hypercomplejidad de esta sociedad tan exigente y neurótica. 

Espero que te pueda ayudar y que puedas encontrar el Paraíso en tu día a día.



Enlaces relacionados:

Quiero ser feliz!! ¿Realmente quieres dar ese paso? ¿Te Atreves?Somos McDonalld´s - Quiero un cambio y lo quiero ya!Los cinco pasos definitivos para ser feliz








Quiero ser feliz!! ¿Realmente quieres dar ese paso? ¿Te atreves?

Cuando alguien acude a terapia y me comenta… “yo lo que quiero es ser feliz” yo normalmente respondo…¿Estás seguro/a de querer serlo y lo que eso conlleva?



Termino diciendo, "tienes que ser consciente que ser feliz… requiere un esfuerzo, en ocasiones un esfuerzo muy grande pues, vas a tener que hacer lo contrario a lo que estás acostumbrad@, eso que llaman salir de tu zona de confort".

Cuando la persona empieza a entender qué es eso del esfuerzo que hay que hacer, muchas veces pierde de vista su objetivo, y decide “no ser feliz”. Pues a cada esfuerzo experimenta algo así…





Es aquí donde la persona se siente frustrada pues el esfuerzo para ser feliz es más grande de lo que esperaba. En algunas ocasiones se acude a técnicas en las que no hay esfuerzo, es decir Terapias en las que de una “forma mágica” sin yo hacer nada… voy a conseguir resultados. Al fin y al cabo, si hay resultados en este tipo de terapias estamos dotando él éxito de nuestra mejora a agente externos a nosotros, son ellos no nosotros los que han conseguido que yo mejore. Esto puede ocurrir también con el uso de psicofármacos y en el peor de los casos dependencia de una terapia psicológica.

Una vía de crecimiento más idónea sería hacernos responsables de nuestra propia felicidad por muy doloroso que sea el camino. Un guía siempre es necesario y aliviará mucho sufrimiento. Te planteo la siguiente reflexión.

El verano pasado viajaste a Bélgica, fue guiado, con grupo y la verdad es que fue fantástico. Si volvieras a Bélgica en algún momento de tu vida qué ¿crees que sería más divertido y enriquecedor? ¿Ir con guía o recorrer por tu pié lo ya visto y añadir más cosas?

Todo lo hago mal, que mal lo he hecho

Todo lo hago mal, que mal lo he hecho. ¿Realmente crees que cuando no consigues algo lo has hecho mal? Lee con atención.

Si una persona llama por teléfono y se equivoca, el resultado será muy distinto de lo que pretendía o esperaba, es decir, hablará con una persona que no conoce y a la que no le podrá decir aquello que pensaba. ¿Significa esto que no sepa llamar por teléfono?

No, solo que se ha equivocado al marcar.

Ciertamente, cuando se hace una llama telefónica se realizan toda una cadena de conductas, que incluye 14 pasos, a saber: 1. Conocer dónde hay un teléfono, 2. Descolgarlo, 3. Esperar la señal de tono, 4. Marcar nueve dígitos, con los que ya sumamos 12 pasos, 13. Saber si la señal que se oye es de llamada o si está comunicando y 14. Preguntar por la persona que buscamos.

Si la persona se equivoca sólo en uno de estos catorce pasos, el resultado será nefasto porque no conseguirá su objetivo, ¿no? Sin embargo, no por ello dejará de realizar esta conducta.

No, al revés, lo que hará es repetir la llamada, pero poniendo más atención al marcar.

Podemos no conseguir nuestro objetivo, pero no debemos descalificarnos o pensar que somos un desastre y que no sabemos relacionarnos o realizar alguna tarea. Por tanto, cuando los resultados no son los esperados ¿qué crees que debemos hacer?

Volver a llamar, poner más atención y corregir lo que estaba mal.

Sí, eso es, analizar lo que hemos hecho y sustituir lo que estaba mal por algún aspecto que se pueda mejorar. Pero, como has dicho, sólo ese aspecto y repetir todo lo que estaba bien.


Técnica del Teléfono – Terápia Icónica. Soledad Santiago López.

ERES LIBRE DE CUALQUIER TERAPIA O TERAPEUTA


Cada vez queda más claro dentro de la psicología que un tratamiento efectivo debe tener un principio y un fin. Para no caer en algo llamado dependencia patológica de la terapia o terapeuta. Nuestro objetivo es que sufras lo menos posible, y sobre todo que seas libre, dotarte de estrategias para que vivas la vida con la mayor normalidad posible.

Dentro de la Terapia Icónica (Soledad Santiago López). Nos dan dos técnicas que seguramente te puedan ayudar a caminar tu sol@. Aquí te las facilito.

1.       Anticipar la presencia: En los momentos que experimentes la sensación de vacío, autoimagínate acompañad@ de tu terapeuta. Has de imaginarte contándole la situación que te ha provocado ese sentimiento y pensar qué te respondería el terapeuta, cómo analizarías junto con él la situación. Con esta técnica se busca que la persona pueda llegar a suplir la conversación con su terapeuta por su propio diálogo interno.

2.  Autoacompañamiento: progresivamente se intenta que la persona, ya acostumbrada a imaginar la presencia del terapeuta, mantenga un diálogo interno personal de auto regulación que te permita reducir la necesidad de acompañante para superar sentimientos de vació y ser capaz de auto acompañarse, aportándose a sí mismo la atención que necesita.

Es decir se pretende que sea capaz de proporcionarse atención a sí mismo y deje de buscar de forma inmediata el reconocimiento de los demás para afianzarse.