Partiendo de la idea de que cada persona es un universo de
pensamientos, emociones, expectativas, e historias cierto es que nadie te
conoce mejor que tú. Eso no lo dudes.
La idea de uno mismo, de cómo uno cree que es se denomina
Autoconcepto. En este breve texto pero cargado de rico contenido intentaré
explicar como la idea de “Yo me conozco perfectamente” nos puede llevar al
sufrimiento.
Me llamó la atención hace unos meses esta cita: “Quisiera
decir lo que pienso y siento hoy con la condición de que quizá mañana lo
contradiga todo”. Ralph Waldo Emerson.
Esta idea nos lleva a un futuro incierto, donde habrá una
confrontación, entre lo que soy ahora “creencias” y una apertura a lo que seré
mañana sin condiciones.
Digamos que la expresión “Yo me conozco perfectamente” y su
prima hermana “Yo soy así” tanto como si son hacia valores buenos como malos,
tienen tendencia a la parálisis de la personalidad… a la no evolución y al no
cambio.
¿De dónde viene la idea de mi conocimiento?
Leeremos la realidad según
nuestra consciencia de mi, conciencia del entorno y conocimiento en
general. Por lo tanto yo me leeré a mi mismo/a bajo ese prisma, cultura o
teoría… y aquí está el kit de la cuestión…
yo me podré leer bajo millones de prismas diferentes y sólo cuando esté
dispuesto y abierto a que así sea y cuestionar “quién soy” podré plantearme la
libertad. Creer en que sólo soy y seré de esta manera puede ser una creencia
limitante, no expansiva espiritualmente.
Este modo de leerme me da un marco de referencia. Este marco
me da seguridad y consistencia. Lo que ocurre es que no he aprendido otros
idiomas en los cuales leerme y tal vez no me interesen por si se tambalea el
marco.
Ese tal vez sea el mayor error porque realmente no estamos
destruyendo el marco… estamos haciendo que crezca y con él, yo. Pongamos dos
ejemplos que nos pueden ayudar a ampliar ese marco.
Me gustaría que te detengas a responder estas preguntas
rápidamente.
1. ¿Cuál es el motivo de que hagas las cosas desde que te
levantas hasta que te acuestas?
2. ¿Eres una persona narcisista?
Tal vez estas preguntas no te las habías planteado antes o
tienes una pronta respuesta para ellas. Voy a contextualizar ambas.
1. Una clasificación sencilla de motivos para hacer las
cosas serían Motivos Internos (sin ánimo de recompensa alguna, lo hago porque
me encanta sin esperar nada a cambio). Motivos Externos (esperando recompensa
económica o reconocimiento social). Si te paras a pensar sobre todo lo que
hiciste ayer… cualquier acto es clasificable en esta categoría. Se dice que
cuando nos movemos por motivos externos, corremos el riesgo de si no existe esa
recompensa ir entrando en conflicto o decaimiento. Sin embargo cuando nos
guiamos por motivación interna al no esperar nada, el disfrute y placer es
inmenso y fluyo.
De este pequeño encuadre puedo plantearte dos preguntas de
las millones de preguntas que podrían aparecer.
A. ¿Cuánto de motivación interna/externa tienes en tu
trabajo?
B. Publicas una foto en facebook o instagram, que te gusta
mucho o es interesante ¿qué ocurriría si no le dan a “me gusta”?, ¿cómo te
sentirías? ¿Serías capaz de quitarla o no volver a publicar? ¿Por qué? ¿Cómo te
sentirías si recibes 100 me gusta?
2. Alexander Lowen define a la persona Narcisista como: “Personas
que les preocupa más su apariencia física que sus sentimientos. Luchan por el
poder y el control. Pero, en el fondo, al carecer de un sólido concepto de sí
mismos, la vida les parece vacía y falta de significado, por lo cual viven en
un estado perpetuo de desolación”. “Es una enfermedad cultural donde hay una
pérdida de los valores humanos, una sociedad que sacrifica su medio natural
para obtener dinero y poder. La notoriedad despierta más admiración que la
dignidad y el éxito es más importante que el respeto a uno mismo, entonces la
propia cultura está sobrevalorando la “imagen” y hay que considerarla como
narcisista.
Si tras esta breve reflexión tu cabeza se plantea ciertas
cosas “seas narcisista o no” estarás saliendo del “Yo me conozco perfectamente”
por lo tanto no tienes miedo a lo que pueda venir.
Para terminar es importante hacer una distinción entre
conozco perfectamente mi esencia y conozco perfectamente mi “imagen” y lo que
quiero conseguir con ella. Muchas veces lo que se conoce es lo que se quiere
proyectar, lo que se quiere conseguir. La esencia está enmascarada, sepultada
muchas veces por sentirla “débil” y avergonzarnos de ella. Y al ser así puedo
ir construyendo mecanismos de defensa para que no se rompa a modo de eso que
llaman carácter o personalidad. Pues para conocerme perfectamente hay que
aceptar esa fragilidad (ocultada años atrás) aceptar la imagen o rigidez de la
personalidad (amada, pero causante de sufrimientos), abrazarlas a las dos y
desarrollarme.
Termino con este fragmento de Wayne W. Dyer.
“Usted llegó aquí como un diminuto bebé capaz de un infinito
número de potencialidades. Muchas de sus opciones permanecen aún inexploradas a
causa de un programa de condicionamiento, concebido para adaptarle a la cultura
de quienes se hicieron cargo de su educación. Probablemente no tuvo usted casi
ninguna oportunidad de discrepar con la configuración cultural y social hecha
para su vida”. “Esté abierto a todo, sin exepciones. Cuando alguien le plantea
algo que entra en conflicto con su condicionamiento, en lugar de responder “Eso
es ridículo, todos sabemos que eso es imposible”, diga: “Nunca había
considerado antes esa posibilidad. Pensaré en ello”.
Interesante artículo, Manuel. Nos recuerda la importancia de estar atentos y ser capaces de distinguir nuestro yo esencial de nuestro yo proyectado; de abrir la mirada interna y ser lo suficientemente flexibles para reconsiderar cualquiera de nuestras máximas a la luz de las experiencias que nos toque vivir. Un abrazo.
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