El jefe que te amarga, la compañera de trabajo que te atormenta, aquella persona a la que le debes dinero, el que te debe dinero a ti, el amigo con el que andas mal, aquel enamorado, aquella amante,aquella persona que quería y desapareciste, aquella persona que se mostró falsa contigo, aquella persona con la que te mostraste falso y te descubrió, aquella que te dijo algo que te dolió, a la que tienes que decir algo algo, en general todas estas personas con las que tienes una cuenta pendiente. ¿Qué me ocurre que la veo en todos lados?
Cruzo la esquina y está ahí al fondo, está al salir de una tienda cerca de mí, veo su coche con ella dentro. Salgo del cine y veo a esa persona, ¿qué voy a hacer? ¿cómo voy a actuar?... ya estoy cerca… ufff… no es… ufff!!!, si es que ni siquiera se parece. ¡¡Qué tonto fui!!
Todos nos hemos visto en esta situación con bastante frecuencia, ¿te gustaría saber qué nos ocurre en esta situación? Sigue leyendo.
Cualquier cuenta pendiente que tengamos con alguien, nos supone una tensión emocional. Cuanto mayor sea esa tensión, más pensamientos intrusivos (cuando le vea le diré…, no quiero verla por nada en el mundo… por favor no me la quiero cruzar…) vamos a tener sobre ella.
Estos pensamientos intrusivos van aumentar nuestra ansiedad en aquellos lugares que consideramos podemos encontrárnosla. Esta ansiedad va a generar en sí más pensamientos, pero algo más importante, un estado de alerta. Todos nuestros sentidos, sobre todo oído y vista, estarán preparados para la situación catastrófica y sería encontrarlo y huir… es para eso que aparece la ansiedad para darnos energías para salir pitando.
¿Qué ocurre?, que nuestro cerebro va a escudriñar todo el entorno en busca de ese peligro tan grande que hay.
Lo más parecido a lo que te estoy contando es esto: esto es escudriñar el ambiente…
Verás que Terminator se fija en todos los detalles en busca del peligro. El analizarlo todo le da control.
Por todo esto, vemos a la gente que no deseamos o que deseamos en donde no queremos que aparezcan. Porque toda nuestra atención se ha centrado en ese momento, en ese paseo, en esa cena, en confirmar el peligro que estamos sintiendo. Nos estamos PRE-OCUPANDO.
Esta PRE-OCUPACIÓN, nos dispersa del tan nombrado Aquí y Ahora, en el cual, esa persona no está, no hay de lo que preocuparse, ni ponerse nervioso, ni… va a estarlo. De hecho si lo estuviera, lo atenderías mucho mejor, con una actitud despreocupada y menos ansiosa.
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