martes, 8 de enero de 2013

Mariquita!!, no seas niña...¡¡Poco Hombre!! (Primera Parte)


Estos son mensajes que a todos nos suenan, cotidianos para la mayoría, del mismo modo que aquellas piedras que les lanzamos a las chicas como "tienes que comportarte como una señorita" o "esa chicas parece un camionero". Padres abuelos alentan a sus hijos y sobrinos incluso profesores, madres y tías. De este modo luego aparece una inevitable comparación entre iguales y normalización de lo que es masculino, lo que es "ser hombre" y la lucha por conseguirlo.

Esta lucha por conseguirlo puede demostrarse de varios modos. Muchos son los ritos de iniciación en las diferentes culturas, que tanto nos llaman la atención por "salvajes y duras", pero, ¿cuales son los ritos de iniciación en nuestra sociedad? ¿existen?..¿puede un hombre de verdad ser virgen a los 20 años? ¿decidir no ser rudo? ¿mostrar su lado femenino en su grupo de amigos adolescentes? ¿ ser tímido ante la chica que le gusta y no ocultarlo?

Siempre me ha inquietado esa presión del hombre a demostrar, y a estar a la altura. En la actualidad, este arquetipo viril, con los avances hacia la igualdad, comienza a hacer aguas, y esto tiene dos consecuencias, hombres que se sienten cada vez más libres en mostrar sus debilidades, y hombres inestables por cubrirlas.

Quiero hacer varias entradas sobre este tema, numerosos estudios de género están mostrando un inevitable cambio en la percepción de "ser hombres", y un modelo dominante que se está tambaleando.

A continuación extraigo varios párrafos del libro "Los chicos también lloran" que sirven de introducción hacia lo que considero un salto de libertad del hombre moderno.

¡¡Espero que les resulte interesante!!!
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Extracto del libro: "Los chicos también lloran: Identidades masculinas, igualdades entre sexos y coeducación" - Carlos Lomas (Paidos,2004)

....Las conductas masculinas no son innatas ni naturales sino el efecto cultural de una determinada construcción social de la masculinidad, se está anunciando algo  semejante a lo que los estudios feministas subrayaron en su día cuando mostraron que las identidades femeninas eran el efecto de una determinada construcción social de las mujeres, y  por tanto, al ser identidades  socialmente adquiridas, estaban abiertas a transformaciones y a cambios. 

En otras palabras, la masculinidad (como la feminidad) no es una esencia universal e inalterable sino un efecto de la cultura, una performance, el lastre histórico y social de  una existencia humana conjugada a lo largo de la historia en masculino....

....Las aulas y los patios de los colegios e institutos, constituyen uno de los escenarios en el que se observan con demasiada frecuencia actitudes y conductas violentas por parte de algunos niños, adolescentes y jóvenes hacia las chicas, y también hacia esos otros chicos que no encajan en el canon de la masculinidad  dominante. Insultos, peleas, chantajes, menosprecios, burlas, agresiones y abusos de todo tipo se convierten en acciones habituales de los chicos que están convencidos de que aprender a ser hombres exige el ejercicio continuo de un poder casi absoluto sobre las chicas y sobre esos otros chicos que no se adecuan a ese estándar de masculinidad que ensalza el arquetipo dominante de la virilidad

.....Según esta mística de la masculinidad  los valores de un “hombre de verdad” deben ser el vigor y la fuerza, el control sobre el dolor físico, el afán de aventura, la ocultación de los sentimientos y de las emociones, la competencia y el enfrentamiento antes que la solidaridad y el diálogo, el espíritu de la conquista y de seducción del otro sexo, la apelación continua a la “naturaleza superior” de los hombres como argumentación incuestionable a favor del carácter natural e inevitable de la dominación masculina. 

...La construcción social de un arquetipo viril se traduce como señala Charo Altable “ en un varón joven, arriesgado, duro, valiente, contundente y firme, que se reprime la empatía y las reacciones demasiado afectivas hacia otras personas. Este arquetipo muestra la separación y la diferencia con otros seres humanos más que la unión y la semejanza. De esta manera, se prepara el camino hacia la intolerancia con otras formas de masculinidad".




...Los atributos que distinguen a los hombres están sostenidos y reforzados por mandatos sociales que son interiorizados y forman parte de su identidad. Si bien para los hombres el hecho de “ser hombre” tiene su origen en una característica biológica – tener pene -, las pautas interiorizadas les dicen que nacen incompletos, que la plenitud se logra en la edad adulta, tras un conjunto de experiencias iniciaticas o de pruebas. Así, los hombres tienen que enfrentarse a la paradoja de hacerse hombres. En la subjetividad de los hombres se llega a ser hombre si se desarrollan ciertos atributos y se logra desempeñar determinados “roles" en cada etapa de su ciclo de vida.

¿Cuáles son los atributos de este modelo de ser hombre?
  1. 1   Ser hombre otorga un signo de distinción. Les hace ser y sentirse importantes.
  2.  El hombre debe ser recto, responsable y está obligado a comportarse correctamente, empaña su palabra, la “palabra del hombre” y para demostrar que es de fiar debe sostener su palabra, debe demostrar su hombría, pese lo que pese.
  3. 3     El hombre es una persona autónoma, libre, que trata de igual a igual a los otros hombre y se distingue de las mujeres, que deben depender de él y estar bajo su protección.
  4. 4      El hombre debe ser fuerte, racional.
  5.    El hombre debe ser emocionalmente controlado, debe ser valiente, no se debe desviar de su curso por lo sentimientos, su obligación es controlarlos, someterlos y someterse a la disciplina para su encausamiento.
  6. 6   El hombre debe ser fuerte físicamente, su cuerpo debe ser resistente a las demandas del trabajo y a la fatiga, a las jornadas extensas cuando se le requiera, a la falta de sueño y a la tensión nerviosa prolongada. Debe estar dispuesto a competir con otros hombres para demostrar sus capacidades físicas y, si es posible, derrotarlos y ganarles.
  7. 7.     El hombre es de la calle, es su lugar, y la casa es un espacio femenino.


...El orden simbólico asociado a la masculinidad predica de una manera normativa el imperativo categórico de una heterosexualidad masculina y femenina, y concibe la socialización de los hombres como el ejercicio de un poder sexual y social contra las mujeres y como el alejamiento masculino de cualquier conducta asociada convencionalmente a la feminidad. 

Por ello, el estereotipo habitual de la homosexualidad masculina consagra la equivalencia entre homosexual y “afeminado”. Dicho de otro modo, según este estereotipo, lo que caracteriza a un homosexual es su ausencia de virilidad,  y por tanto su afeminamiento. Lo femenino se convierte así en el enemigo interior que hay que combatir si uno desea verse asimilado a una mujer y por tanto no ser (mal)tratado como tal.

...Así, la identidad masculina se ha consolidado mediante un proceso de protección frente a dos amenazas: la feminidad y la homosexualidad. De ahí que la dominación masculina se ejerza no sólo contra las mujeres, sino también (y en ocasiones de una manera aún más cruel si cabe) contra otros hombres cuya orientación homosexual es vista como afeminada, o cuya conducta personal y social se aleja de los cánones del arquetipo tradicional de la virilidad y de la masculinidad hegemónica.

Como señala Elizabeth Badinter: "no hay una masculinidad única, lo que implica que no existe un modelo masculino universal y válido para  cualquier lugar, época, clase social, edad, raza, orientación sexual… sino una diversidad heterogénea de identidades masculinas y de maneras de er hombre se nuestras sociedades; la versión dominante de la ideología de poder y de opresión a las mujeres que tiende a justificar la dominación masculina y c) la identidad masculina, en todas sus versiones, se aprende y por tanto se puede cambiar.

Como escribe Mabel Burin, “Es necesario que los hombres “comiencen a desarrollar visiones diferentes de sí mismos. En lugar de considerar que sus masculinidades están dadas, podría delinearse un sentido crítico de la cultura patriarcal que los ha alejado de los vínculos emocionales significativos. No es una tarea fácil pero sigue siendo vital para el replanteamiento de las masculinidades”

....Los esfuerzos a favor de la igualdad entre los sexos deberían incluir también el esfuerzo por incorporar a los hombres a las teorías y a las prácticas de la equidad y de la justicia entre mujeres y hombres. Entre otras razones, porque es difícil imaginar cambios en la vida de las mujeres si no van acompañados de cambios tangibles y reales en la vida de los hombres. Ello exige ir construyendo otras maneras alternativas de ser  y de sentirnos hombres que construyan un desafío a la masculinidad hegemónica e inauguren la utopía de un cambio...


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Finalizo con un vídeo que he visto hace poco que viene al tema: niños haciéndose hombres.
¡¡¡ Pero unos hombres diferentes !!!


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