Estos son mensajes que a todos nos suenan, cotidianos para la mayoría, del mismo modo que aquellas piedras que les lanzamos a las chicas como "tienes que comportarte como una señorita" o "esa chicas parece un camionero". Padres abuelos alentan a sus hijos y sobrinos incluso profesores, madres y tías. De este modo luego aparece una inevitable comparación entre iguales y normalización de lo que es masculino, lo que es "ser hombre" y la lucha por conseguirlo.
Esta lucha por conseguirlo puede demostrarse de varios modos. Muchos son los ritos de iniciación en las diferentes culturas, que tanto nos llaman la atención por "salvajes y duras", pero, ¿cuales son los ritos de iniciación en nuestra sociedad? ¿existen?..¿puede un hombre de verdad ser virgen a los 20 años? ¿decidir no ser rudo? ¿mostrar su lado femenino en su grupo de amigos adolescentes? ¿ ser tímido ante la chica que le gusta y no ocultarlo?
Siempre me ha inquietado esa presión del hombre a demostrar, y a estar a la altura. En la actualidad, este arquetipo viril, con los avances hacia la igualdad, comienza a hacer aguas, y esto tiene dos consecuencias, hombres que se sienten cada vez más libres en mostrar sus debilidades, y hombres inestables por cubrirlas.
Quiero hacer varias entradas sobre este tema, numerosos estudios de género están mostrando un inevitable cambio en la percepción de "ser hombres", y un modelo dominante que se está tambaleando.
A continuación extraigo varios párrafos del libro "Los chicos también lloran" que sirven de introducción hacia lo que considero un salto de libertad del hombre moderno.
¡¡Espero que les resulte interesante!!!
....Las conductas masculinas no son innatas ni naturales sino el
efecto cultural de una determinada construcción social de la masculinidad, se
está anunciando algo semejante a lo que
los estudios feministas subrayaron en su día cuando mostraron que las
identidades femeninas eran el efecto de una determinada construcción social de
las mujeres, y por tanto, al ser
identidades socialmente adquiridas,
estaban abiertas a transformaciones y a cambios.
En otras palabras, la
masculinidad (como la feminidad) no es una esencia universal e inalterable sino
un efecto de la cultura, una performance, el lastre histórico y social de una existencia humana conjugada a lo largo de
la historia en masculino....
....Las aulas y los patios de los colegios e institutos,
constituyen uno de los escenarios en el que se observan con demasiada
frecuencia actitudes y conductas violentas por parte de algunos niños,
adolescentes y jóvenes hacia las chicas, y también hacia esos otros chicos que
no encajan en el canon de la masculinidad
dominante. Insultos, peleas, chantajes, menosprecios, burlas, agresiones
y abusos de todo tipo se convierten en acciones habituales de los chicos que
están convencidos de que aprender a ser hombres exige el ejercicio continuo de
un poder casi absoluto sobre las chicas y sobre esos otros chicos que no se
adecuan a ese estándar de masculinidad que ensalza el arquetipo dominante de la
virilidad.
.....Según esta mística de la masculinidad los valores de un “hombre de
verdad” deben ser el vigor y la fuerza, el control sobre el dolor físico, el
afán de aventura, la ocultación de los sentimientos y de las emociones, la
competencia y el enfrentamiento antes que la solidaridad y el diálogo, el
espíritu de la conquista y de seducción del otro sexo, la apelación continua a
la “naturaleza superior” de los hombres como argumentación incuestionable a
favor del carácter natural e inevitable de la dominación masculina.
...La construcción social de un arquetipo viril se traduce como
señala Charo Altable “ en un varón joven, arriesgado, duro, valiente,
contundente y firme, que se reprime la empatía y las reacciones demasiado
afectivas hacia otras personas. Este arquetipo muestra la separación y la
diferencia con otros seres humanos más que la unión y la semejanza. De esta
manera, se prepara el camino hacia la intolerancia con otras formas de
masculinidad".
...Los atributos que distinguen a los hombres están sostenidos
y reforzados por mandatos sociales que son interiorizados y forman parte de su
identidad. Si bien para los hombres el hecho de “ser hombre” tiene su origen en
una característica biológica – tener pene -, las pautas interiorizadas les
dicen que nacen incompletos, que la plenitud se logra en la edad adulta, tras
un conjunto de experiencias iniciaticas o de pruebas. Así, los hombres tienen
que enfrentarse a la paradoja de hacerse hombres. En la subjetividad de los
hombres se llega a ser hombre si se desarrollan ciertos atributos y se logra
desempeñar determinados “roles" en cada etapa de su ciclo de vida.
¿Cuáles son los atributos de este modelo de ser hombre?
- 1 Ser hombre otorga un signo de distinción. Les hace ser y sentirse importantes.
- 2 El hombre debe ser recto, responsable y está obligado a comportarse correctamente, empaña su palabra, la “palabra del hombre” y para demostrar que es de fiar debe sostener su palabra, debe demostrar su hombría, pese lo que pese.
- 3 El hombre es una persona autónoma, libre, que trata de igual a igual a los otros hombre y se distingue de las mujeres, que deben depender de él y estar bajo su protección.
- 4 El hombre debe ser fuerte, racional.
- 5 El hombre debe ser emocionalmente controlado, debe ser valiente, no se debe desviar de su curso por lo sentimientos, su obligación es controlarlos, someterlos y someterse a la disciplina para su encausamiento.
- 6 El hombre debe ser fuerte físicamente, su cuerpo debe ser resistente a las demandas del trabajo y a la fatiga, a las jornadas extensas cuando se le requiera, a la falta de sueño y a la tensión nerviosa prolongada. Debe estar dispuesto a competir con otros hombres para demostrar sus capacidades físicas y, si es posible, derrotarlos y ganarles.
- 7. El hombre es de la calle, es su lugar, y la casa es un espacio femenino.
...El orden simbólico asociado a la masculinidad predica de una
manera normativa el imperativo categórico de una heterosexualidad masculina y
femenina, y concibe la socialización de los hombres como el ejercicio de un
poder sexual y social contra las mujeres y como el alejamiento masculino de
cualquier conducta asociada convencionalmente a la feminidad.
Por ello, el
estereotipo habitual de la homosexualidad masculina consagra la equivalencia
entre homosexual y “afeminado”. Dicho de otro modo, según este estereotipo, lo
que caracteriza a un homosexual es su ausencia de virilidad, y por tanto su afeminamiento. Lo femenino se
convierte así en el enemigo interior que hay que combatir si uno desea verse
asimilado a una mujer y por tanto no ser (mal)tratado como tal.
...Así, la identidad masculina se ha consolidado mediante un
proceso de protección frente a dos amenazas: la feminidad y la homosexualidad.
De ahí que la dominación masculina se ejerza no sólo contra las mujeres, sino
también (y en ocasiones de una manera aún más cruel si cabe) contra otros
hombres cuya orientación homosexual es vista como afeminada, o cuya conducta
personal y social se aleja de los cánones del arquetipo tradicional de la
virilidad y de la masculinidad hegemónica.
Como señala Elizabeth Badinter: "no hay una masculinidad
única, lo que implica que no existe un modelo masculino universal y válido
para cualquier lugar, época, clase
social, edad, raza, orientación sexual… sino una diversidad heterogénea de
identidades masculinas y de maneras de er hombre se nuestras sociedades; la
versión dominante de la ideología de poder y de opresión a las mujeres que
tiende a justificar la dominación masculina y c) la identidad masculina, en
todas sus versiones, se aprende y por tanto se puede cambiar.
Como escribe Mabel Burin, “Es necesario que los hombres
“comiencen a desarrollar visiones diferentes de sí mismos. En lugar de
considerar que sus masculinidades están dadas, podría delinearse un sentido
crítico de la cultura patriarcal que los ha alejado de los vínculos emocionales
significativos. No es una tarea fácil pero sigue siendo vital para el
replanteamiento de las masculinidades”
....Los esfuerzos a favor de la igualdad entre los sexos
deberían incluir también el esfuerzo por incorporar a los hombres a las teorías
y a las prácticas de la equidad y de la justicia entre mujeres y hombres. Entre
otras razones, porque es difícil imaginar cambios en la vida de las mujeres si
no van acompañados de cambios tangibles y reales en la vida de los hombres.
Ello exige ir construyendo otras maneras alternativas de ser y de sentirnos hombres que construyan un
desafío a la masculinidad hegemónica e inauguren la utopía de un cambio...
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¡¡¡ Pero unos hombres diferentes !!!