Dentro de las terapias efectivas
es animar a la persona que haga tareas entre sesión y sesión. Entendamos la
Terapia Psicológica como un entrenamiento con un objetivo, una meta, el mero
diálogo con el psicólogo es necesario, pero en muchas ocasiones insuficientes o
lentos.
Algo que ocurre con cierta
frecuencia según qué persona, es que no haga o realice las tareas que se le
mandan, aún entendiendo que son un modo de mejorar en su problemática y que
esta vaya poco a poco desapareciendo. ¿Qué ocurre? ¿Si no se realizan las
tareas, y no se realiza el esfuerzo.. quiere decir que realmente la persona no
quiere cambiar?
No es así, voy a intentar explicar algunos factores que
intervienen en esta conducta.
1. Somos
McDonald's: Está claro, queremos y
necesitamos resultados ¡Ya! Acudimos a un servicio en el
que pretendemos pagar y conseguir unos resultados inmediatos, sin mayor
esfuerzo, queremos el cambio ¡YA!
Imagina que fueras reponedor en un
supermercado. Tu jefe te dice que necesita para hoy, que cambies todos los
productos de una estantería a otra, pues están cambiando la estructura del
supermercado para mayor comodidad de los clientes y tuya propia pues como
estaba no facilita tu trabajo. Tú le
dices a tu jefe que sí, lo has entendido y que al final del día el cambio
estará hecho.
¿Cuál crees que sería el modo más apropiado
de hacer el cambio?
1.
Has entendido el fin y el objetivo… y te quedas
mirando los estantes a ver si por arte de magia cambian durante el día.
2.
Utilizas tu energía, inteligencia y motivación
para cambiarlos… pues sabes que haciéndolo mañana disfrutarás mejor de tu
trabajo.
Es muy probable
que la primera opción no funcione o que en el peor de los casos, venga otro, o
tu propio jefe y lo haga por ti (en este caso, se puede esperar esto de un
psicólogo). Por lo tanto, no ha habido esfuerzo alguno ni cambio por tu parte,
ni una actitud constructiva hacia estar mejor. Si esto ha sucedido de este modo
seguirás caminando con el bastón del acompañante o el que lo hace por ti.
Es la segunda opción la adecuada
para un cambio, sabes que lo que viene es a mejor, e inyecto mi motivación para
hacerlo.
¿¿Y si es tan fácil porqué no lo
hago?? Sigue leyendo
2. ¡¡Que chorrada de tarea me ha
mandado el psicólogo!! ¿Cómo voy a mejorar con eso?, yo necesito algo más
directo, más rápido (McDonald's)
Muchas veces las
tareas son relativamente sencillas, pero parte del punto de que van en contra a
lo que eres. Van en sentido contrario a lo que te ha llevado a acudir a
consulta. Si eres una persona nerviosa y te identificas con eso, lo normal es
que te mande relajaciones. Si piensas en blanco, es posible que te diga que
también existe el negro. Y todo esto no le gusta a tu “zona de confort”…
Hace poco me preguntaron ¿No entiendo eso de la zona de
confort? ¿Por qué se llama la zona de confort si yo me siento mal en ella?.
Pues básicamente… porque salir de ella merece un esfuerzo, y una lucha y coraje
insólitos para ti… de los cuales llevas huyendo durante años, y... da miedo,
por lo tanto prefieres quedarte así.
El decir NO! a una tarea es una falta de
compromiso contigo mism@,no con el psicólogo.
Esto me lleva
al siguiente punto.
3.
Estamos acostumbrados a vivir con cierto sufrimiento.
Esto es cierto, y lo soportamos, hay una tendencia en la sociedad actual de
soportar, soportar, aguantar, esperando que el cambie llegue algún día… El
exterior es el que me dará el cambio, o mi problema irá desapareciendo… voy a
esperar…. hacerlo yo merece mucho esfuerzo.
Tal vez detrás de esto, esté el
miedo a ir en “contra tuya”, en realidad es a favor, o fracasar.
Te quiero trasmitir estas tres pequeñas ideas para animarte
al cambio, ¡Ahora! ¿Para qué esperar más?, Piensa que hay dos “tus”. La primera
es “tú y tu problema”, la segunda “la tú que quiere ganar al problema”.
Normalmente… sin esfuerzo… vas a convivir con “tú y tu problema”.