Es muy importante tener en cuenta que la ansiedad tiene como
objetivo preparar nuestro cuerpo para el peligro, para luchar o huir, por ello
nuestra reacción, tenía sentido cuando vivíamos en las cuevas y nuestra vida
corría peligro ante un estímulo amenazante.
El corazón se aceleraba para correr mejor y bombear más
sangre, la respiración se hacía muy rápida para tener más oxígeno y los
músculos se tensaban para ayudarnos a hacerle frente al predador. Este sistema,
tan útil en aquellos tiempos hoy en día ya no tiene las mismas funciones,
aunque también es cierto que muchos de nosotros hemos podido luchar contra un
atracador o escapar de un coche visto en el último momento y el miedo nos ha
salvado la vida.
Por lo tanto, viene la pregunta clave, si nuestra vida no
corre peligro
¿De qué tengo miedo? ¿De qué huyo cuando aparece la
ansiedad?.
Muchas veces es evidente, puesto que reconocemos el estímulo
que nos está causando esa ansiedad… pero muchas veces no es tan sencillo, y
acudiré a una frase muy “new age”: “La respuesta está en tu interior” hay algo
de tí que no está encajando en esa situación, y lo primero es pensar sobre ello.
Hemos visto que la conducta más común es el de la
evitación o aproximación. Pero esto no quiere decir que la persona que sufre
ansiedad sale corriendo en ese momento, esa sería la manifestación más extrema.
La evitación aparece en modos de conducta más sutiles… Cito algunos comunes, y
seguro que podrías incluir más en este listado ¿te sientes identificado con
alguno?
* Cambiar el tema de conversación (pues te resulta incómodo y
genera ansiedad el actual)
* Imponer el tema de conversación (llevas el control sobre la
charla, el no llevarla te genera ansiedad)
* Elegir el lugar y la actividad, incluso la gente (te
dará seguridad sobre lo que piensas que
puede ocurrir)
*Cambiar la postura corporal (normalmente hacia una postura
más rígida)
* Decir sí cuando quieres decir no (decir no te genera mucha
ansiedad)
* Decir no cuando quieres decir sí ( decir sí te genera
demasiada ansiedad)
*Mantenerte en silencio (por miedo a ser juzgado si hablas)
*Imponer tu criterio (por la ansiedad que supone ser flexible
el resto de opiniones)
* Charla mecánica (de cualquier cosa, pues tu silencio te
resulta incómodo)
* Elegir siempre el mismo camino (evitando caminos nuevos)
Y un largo etc…
Como ves, el mecanismo de evitación de la ansiedad está muy ligado
al control. Este tiene como tarea que exista baja incertidumbre sobre lo que
ocurrirá en el contexto, también que exista control sobre mis propios
pensamientos, necesidades fisiológicas y emociones. Este control lleva a una
mayor rigidez, y a más rigidez más complicado será el camino hacia un cambio, o
apertura a nuevas experiencias.
Este control en definitiva, está ligado en muchas ocasiones y
sobre todo en la ansiedad social, a que no sean descubiertas nuestras
debilidades (timidez, mal humor, mala cara, temblor, conversación poco
interesante, inseguridad,…) pues por costumbre, una persona que muestra sus
debilidades no es eficiente, no es válida, no es auténtica, y de este modo la
persona entra en un conflicto entre lo que realmente es… y la imagen que ha
elegido mostrar.
Esta imagen (o estilo de vida) hay que mantenerla, y eso
conlleva un esfuerzo y gasto de energía considerable. Es aquí cuando aparece la
ansiedad, por decirlo de algún modo, nuestro yo auténtico nos avisa de que no
aguanta más esta situación, y que algo hay que cambiar algo para sentirse
bien. Es aquí cuando la ansiedad se convierte en nuestra amiga, en cierto modo,
cuando experimentamos ansiedad, tenemos la oportunidad de “rehacer el camino”
hacia un yo más libre.
Cuando aparecen picos altos de ansiedad hay dos modos de
cambiarla: el primero la evitación (dejar un trabajo, manipular el entorno,
dejar un grupo de amigos, salir corriendo, las nombradas arriba, y tantas más…)
y la segunda la aproximación (una aproximación real al hecho que nos va dotando
de herramientas para comprender qué nos ocurre, porqué, y de este modo si en un
futuro nos encontramos de nuevo con algo similar, ya no hace falta correr, ya
lo hemos entendido y aceptado).
¿Por qué siempre se trabaja con la respiración y relajación?
Imagina que vas paseando por la calle con unos amigos, es
inevitable que exista uno más bromista que otros. Se esconde tras una esquina y
te da un “susto de muerte”. ¿Cuál es tu reacción ante ese susto, qué ha
ocurrido con tu cuerpo? Se ha quedado paralizado, petrificado, es decir…tenso,
al mismo tiempo ha existido una variación en tu respiración ahora es más rápida
y acelerada, o te quedas sin aliento.
Pero si en vez aparecer una reacción de pánico aparece una
reacción de defensa, probablemente tu amigo se lleve una buena colleja o salgas
corriendo detrás de él con mucha energía. Tú cuerpo ha variado de estado, ha
aparecido una alarma y ahora hay tensión, hay un peligro y estás preparado.
Cuando hay ansiedad hay tensión, no solo psíquica, sino
también física. Aunque no identifiques una gran ansiedad, nuestro cuerpo
normalmente se va acostumbrando a cierto tipo de tensión soportable… del mismo
modo que la Ansiedad es la expresión emocional y mental de que algo está
pasando, las tensiones musculares también lo son, pudiendo convertirse en
crónicas.
Por esto, el entrenamiento de respiración y distensión diaria
es importante para que nuestro cuerpo se vaya identificando con otras formas de
ser y estar y , por tanto, de modo indirecto este estado calma nuestros
pensamientos ansiosos, permitiéndonos pensar con mayor claridad.
Este texto es un extracto del contenido Teórico del Curso
On-Line “Gestión de la ansiedad y el estrés” www.mptpsicologo.es // En él se dotara a los participantes de conocimientos teóricos sobre
el funcionamiento de la ansiedad, así como numerosas herramientas para poder
aceptarla de este modo gestionarla.